Cuentos de lluvia de primavera (versión alternativa) by Akinari Ueda

Cuentos de lluvia de primavera (versión alternativa) by Akinari Ueda

autor:Akinari Ueda [Ueda, Akinari]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Relato, Otros
editor: ePubLibre
publicado: 1808-01-01T00:00:00+00:00


SUTEISHI MARU

Ciertamente es verdad lo que dice una antigua poesía: «En las montañas de Michinoku brotan flores de oro»[149].

En un pueblo al pie de una de estas montañas doradas, vivía un hombre acaudalado llamado Oda no Choja[150], es decir, Oda el Rico. En aquellas remotas regiones nadie podía igualar su riqueza; sin embargo, habiendo dejado todos sus bienes a su hijo Kodenji, se dedicaba día y noche a beber y a divertirse. La hija mayor, que se llamaba Toyo, se había quedado viuda y, con el permiso de su familia, se había convertido en monja adoptando el nombre religioso de Hoen y practicaba con devoción los ritos budistas. Después de la muerte de su madre, Hoen comenzó a ocuparse también de los quehaceres de la casa. Era tan amable y gentil que los criados de la familia la servían de buen grado.

Uno de los sirvientes se llamaba Suteishi Maru[151]. Medía más de un metro ochenta, era robusto y nadie lo igualaba en comer y en beber. Su amo, Oda no Choja, lo tenía en gran estima y siempre lo invitaba a beber. Una vez que Choja estaba ebrio, le contó:

—A ti te encanta el sake pero, cuando te emborrachas, terminas por tumbarte en cualquier lugar, ya sea en el campo o en la montaña. Por eso te apodan Piedra Tirada. Un día te quedarás profundamente dormido y te comerá un oso o un lobo. Esta espada de filo tan ancho la hizo forjar un antepasado mío hace cinco generaciones porque estaba muy orgulloso de su fuerza. Le gustaba ir de caza a las montañas y a los campos. Cierto día se encontró con un oso feroz. La bestia furiosa se lanzó contra él mostrando los colmillos y él desenvainó esta espada, le dio un corte en el vientre, la decapitó de un tajo y se trajo la cabeza a casa. A partir de entonces lo llamaron Kuma Kiri Maru[152], es decir, Mata Osos. Si te duermes estando borracho, tarde o temprano, alguna bestia te devorará. Lleva siempre esta espada a la cintura. Que sea la divinidad que te guarde. —Y se la entregó.

Suteishi Maru la recibió con mucho respeto diciendo:

—Cuando me encuentre con los osos o los lobos, los cazaré con mis propias manos, pero si tropezase con ogros que intentaran devorarme, los espantaré con esta espada. Entonces, me llamarán Onisari Maru[153].

Dejó la espada a su izquierda[154] y, con el pretexto de celebrar el obsequio, comenzaron a beber una copa tras otra. De repente la muchacha que les servía el sake se echó a reír a carcajadas, diciendo:

—Habéis tomado ya más de tres sho[155].

—Me siento muy bien. Me apetece ir a tomar el aire al campo —comentó Suteishi levantándose. Pero al caminar, iba haciendo eses.

Choja, al verlo salir, pensó: «Seguramente perderá la espada que acabo de regalarle. Me aseguraré de que vuelva bien», y lo siguió, tambaleándose a su vez. Kodenji, inquieto, también salió tras su padre.

Tal y como había imaginado, Choja encontró a Suteishi tumbado a la orilla de un riachuelo, con los pies sumergidos en el agua y la espada tirada en el suelo cerca de su cabeza.



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